Se acaba el verano y con él los meses de abarrotamientos para embarcar, las largas colas para subir al avión y los precios más altos del año. En el Aeropuerto de Alicante siempre hay actividad, pero en temporada alta el ritmo es frenético. Te vamos a dar varios motivos por los que deberías plantearte viajar en temporada baja.
El primero, como es lógico, todo el mundo tiene en cuenta es el precio. El dinero en vacaciones vuela de la cartera, da igual dónde o cómo, pero vuela. Lo normal es pensar en ahorrarte algo de dinero a la hora de elegir un vuelo y un destino. En temporada baja puedes encontrar precios más reducidos y todo tipo de ofertas con las que disfrutar de unas vacaciones o una escapada rápida.
El segundo es la tranquilidad. Como ya hemos dicho antes, viajar en meses como Junio, Julio o Agosto puede llegar a ser espantoso. Todo el mundo dispone de vacaciones en ese lapso de tiempo y deciden coger un avión y alejarse de la rutina, lo que provoca aglomeraciones insoportables.
En cambio, en los meses posteriores a dicha época, hay menos afluencia de gente, más viajes por trabajo o incluso por estudios y es cuando puede ser más fácil encontrar un avión que te lleve a tu destino sin ningún tipo de inconveniente.
Al viajar en temporada baja conseguirás buenos precios y tranquilidad.
Por otro lado está el lugar al que viajas, que seguramente también tenga un ambiente más relajado y en el que puedas disfrutar de hacer turismo prácticamente en exclusividad. Lo que te permite ver y disfrutar de todos los sitios que quieras de la ciudad.
Podrás ir a lugares emblemáticos de las ciudades a las que quieras volar sin necesidad de hacer colas, además de comer o cenar en restaurantes sin hacer reservas o esperar a que se quede libre alguna mesa y poder pasear por el centro de la ciudad sin chocar constantemente con gente y evitando tropezar.
En tercer lugar, lo aconsejable es preparar un viaje con antelación. Pero en temporada baja y teniendo en cuenta todos los factores de los que hemos hablado con anterioridad, puedes cometer la locura de hacer un viaje de un día para otro. Tienes la oportunidad de viajar un fin de semana que te apetezca y puedas debido a la mayor disponibilidad de asientos y de habitaciones de hotel vacías.