Transilvania es una región histórica situada en Rumania. Está rodeada por los Cárpatos en su totalidad. Y lo más importante, allí vivió Drácula. Esto la convierte en el epicentro del terror. Valles y niebla forman el hábitat del rey de las tinieblas. Con Halloween a la vuelta de la esquina ¿no tienes ganas de disfrutar del epicentro del terror?.
En Bucarest encontrarás el Museo Nacional de Historia. Encontrarás el retrato de Drácula, conocido con el nombre de Vlad Tepes el empalador. Persona en la que se basó Bram Stoker para crear al personaje de su novela.
Transfagarasan Road es una carretera de novena kilómetros de curvas que llevan al Castillo de Poienari era el castillo real de Drácula. Para acceder a él debes subir 1,426 escalones y verás el asombroso paisaje que se encuentra en los Cárpatos. Este castillo fue construido por orden de Vlad Tepes y se hizo a modo de fortaleza.
El Castillo de Bran fue residencia temporal de este príncipe cuando fue atacado en su fortaleza de Poienari. A pesar de que no ocurrió ningún hecho en ese lugar, en la actualidad es un icono turístico. Está totalmente restaurado en su interior. Sus torres y su aspecto y su aspecto misterioso entre las montañas y el bosque.
Para sentirte parte de la historia
Sighisoara es Patrimonio de la Humanidad por ser la cuna de Drácula. Vlad nació allí, junto a la plaza de esta ciudadela. Actualmente es el mayor reclamo turístico y podrás disfrutar del ritual de medianoche. Cuando marcan las doce de la noche siete figuritas aparecen en la Torre del Reloj.
Por último, puedes pasar la noche en el Hotel Castel Drácula. Punto exacto en el que el escritor ubicó la casa del personaje en su libro. En su interior no sólo puedes alquilar una habitación y pasar la noche. También puedes visitar la habitación de Drácula. Bajando al sótano con la única iluminación de las velas llegas a la tumba del vampiro.